Y este es el secreto de mi regocijo espiritual: me he entregado al servicio de la mayor gloria de Dios; nada puede suceder que no redunde en beneficio del mismo. (Escritos Autobiográficos, 1940)
Atraída intensamente por la bondad y dulzura infinita de Cristo. Me he de revestir de Cristo, mejor, me he de identificar con Cristo, ser uno con Él. ¿De dónde le venía a Cristo su serenidad, su bondad, su dulzura, su luminosidad? De su unión con el Padre, de su visión constante e íntima de Él. Si quiero transformarme en Cristo, ser otro Cristo y mostrarlo al mundo, he de esforzarme en vivir en la divina presencia. (Escritos de conciencia, 1963)
Al escribir Salvador, contemplo a mi Señor Crucificado y toda mi alma se levanta en el deseo supremo de enclavarme en la cruz por Él y con Él, para que muriendo a mí y viviendo en Él, viva la Compañía también en Él. (Escritos Autobiográficos, 1943)
La Iglesia es la obra de Jesucristo, mi Señor. Es la obra de mis amores, y mil vidas daría por Ella, porque es de Jesús. (Escritos de conciencia, 1941)
Soy creada para salvar y santificar almas. ¡Cómo me enardece este pensamiento!… Si salvo almas, coopero a la obra de Dios, soy como mediadora entre Dios y los hombres; compañera de Jesús; como otro Cristo. ¡Qué alteza de vocación!… Para ser fiel a ella, para no defraudar a mi Señor: ¡muera a todo afecto desordenado y viva unida íntimamente a Dios!… (Ejercicios Espirituales, 1943)
En presencia del Padre sólo sé decirle: ¡Soy tu hija!… (Ejercicios Espirituales, 1948)
Mi actuación será eficaz si soy santa y lo seré si vivo unida a Dios y entregada a su voluntad. No importa salud ni enfermedad, mandar u obedecer, pobreza o riqueza, vida corta o larga. Lo que importa es cumplir amorosamente la divina voluntad. (Ejercicios Espirituales, 1943)
Pedir a María me alcance de Dios, por los méritos de Jesucristo, el perdón de mis pecados; el no cometer ni uno solo; el limpiar mi alma, para que en unión de Ella pueda decir a mi Señor: Quisiera ayudarte a salvar almas y quisiera consumirme en tu amor”. (Escritos de conciencia, 1945)